Hoy vamos a llevar el encanto y el atractivo de la prestidigitación a la calle, nuestra versión porno del arte del ilusionismo. Tenemos a un mago con una varita grande y gorda. Solo necesitamos encontrar a una chica que se ofrezca como voluntaria para meter su mano «inocente» en nuestra chistera y a ver que saca.