Ya que lo de Ricky Martin y la escena del perrito es una leyenda urbana. Nosotros vamos a hacer nuestra versión porno del programa. Hemos elegido a la victima, tenemos al cómplice y lo más importante, una sorpresa de tamaño extragrande. Se nos ha olvidado la mermelada pero viendo con que ansia se agarra la sorprendida al regalo no nos hace falta ningún tipo de señuelo.