Por mucho que nos gusten las huevas del esturión, y mira que nos encantan, preferimos mil veces a las mujeres rusas con su belleza, su atrevimiento y su voluptuosidad. Es un auténtico deleite para nuestros ojos encontrarnos con una preciosidad venida de la madre Rusia y que ella nos enseñe sus encantos y tire por los suelos la tradicional frialdad de las mujeres del este. Es una oportunidad que no podemos dejar pasar.