Después de haber probado el sexo tántrico nos hemos aficionado a las artes místicas. Eso si, siempre para poder aplicarlas al sexo. Hemos ido a la clase de yoga de una profesora tetona a la que queremos engañar pidiéndola que se quede en trance para empezar a sobarla por todos lados. ¿Caerá en nuestras redes?.