La cerveza, las chanclas y la desgana nos han jugado una mala pasada y acabamos desgraciándonos la rodilla contra el suelo. Menos mal que tenemos un seguro que es una joya. Es llamarlos y ellos nos mandan a alguien muy de nuestro gusto, nos conocen muy bien: Una sensual enfermera que nos cura la pupita (tenemos más cuento que un futbolista) pero que nos provoca una tremenda inflamación en la entrepierna que solo ella sabe como remediar.