Una playa sin tías buenas ligeritas de ropa es como una parrillada sin un buen chumichurri, está bien pero le falta algo. Esa chispa, el toque picante, el condimento perfecto para recrear la vista, arrimarse al ascua y avivar las brasas. Nuestra chica de hoy viene con hambre y sólo come carne… le encantan las salchichas, sobre todo si son extragrandes.